martes, 13 de noviembre de 2012

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Solo un día, no quiero creer que esto esta pasando de verdad. No puedo, ese nudo que tengo en la boca del estomago se que va a estar ahí hasta que crucemos la puerta de embarque en Arlanda, estas ultimas noches ha sido bastante difícil conciliar el sueño, por lo que hoy no iba a ser menos, ayer tras la despedida del equipo de natación que tantos buenos ratos me ha hecho pasar y tantas cosas buenas me ha echo sentir han caído las primeras lagrimas, sabiendo que hay gente a la que de verdad sabes que le importas, gente a la que has marcado, gente que sabes que van a seguir ahí de un modo u otro que vas a seguir recordando por medio de palabras, gestos, o mismo de un ejercicio de estiramiento, pequeñas cosas que sabes que van a recordarte a toda esa buena gente con la que has pasado tres meses haciendo una de las cosas que mas te gustan en la vida, nadar. En mi opinión retomar esto tras un año de pausa aquí ha sido buena idea, porque si ya tenia ganas de volver a hacer que el cloro quemara mi pelo, las piscinas suecas, en especial Akersberga ha hecho que este ansiosa por volver a las andadas, es una buena sensación cuando llorar pero al mismo tiempo estas feliz, estas feliz de que las personas que están viéndote llorar tengan las lagrimas en los ojos, lloras por impotencia, porque sabes que no puedes hacer nada para quedarte, porque tendrás nostalgia, y eso significa que te han pasado cosas buenas y las echas de menos, me gusta la nostalgia, y tengo claro que de esta gran gente la tendré.
Después una muy dura despedida con la profesora mas dulce que jamás he tenido, Ramona, muy difícil aguantar las lagrimas mientras nos contaba que le gustaría venir a España cuando venga Katarina, o que mismo nos podríamos mandar postales...que cielo de persona. 
Luego esta la family, la banda del patio, los colegas, esas 5 personas que durante tres meses han estado ahí para lo bueno y para lo malo, para hacerte ver lo que duele, y ayudarte a superarlo, dispuestos a sentarse en medio de la calle si te dan ganas de llorar, dispuestos a abrazarte, a sentirte como en casa, a regalarte muffins de chocolate , de hacerte saber que están, y que les gusta que tu estés ahí, se que las cosas no van a ser iguales, como mucho parecidas, es muy distinto aquí, pasando sobre  horas diarias juntos, a las que podremos pasar en Lugo que serán como 10 minutos al día. De verdad que estoy muy contenta con ellos, han sido lo que se puede decir bien alto una familia, mejor de lo que esperaba, una familia que se echa de menos en 2 días, que con un abrazo te lo dice todo, que sabe perdonar, olvidar, y por supuesto disfrutar y aprovechar todo lo que esto nos ha brindado.
Ahora a continuar haciendo la maleta, meter un pedacito de Suecia en nuestras maletas, y también en nuestros corazones, en tiempo de sacar conclusiones, de analizar que ha cambiado y que sigue igual, y al mismo tiempo tener presente lo que en casa nos espera.

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